INTRODUCCION:
CUIDADO CON LOS ATENTADOS
Copyright Félix Achenbach.
Noviembre 2008
Yo no invento historias, la
realidad es suficientemente aterradora.
Llegar a Buenos Aires suele
ser desapacible, ríspido.
Un largo vuelo desde
cualquier ciudad de los Estados Unidos. Diez horas en asientos estrechos donde
lo único que se duerme son las piernas.
El mal humor emergente de
la falta de sueño que solo compensa la vista al llegar de un amanecer
definitivamente rojo.
Hace más de 40 años que dejé
Argentina y me es natural extender mi pasaporte americano al llegar a cualquier
país.
Probablemente el señor en
la ventanilla de inmigración también estaba malhumorado por el madrugón mal pagado.
Me miró con cara de “ y
vo’que tiace”. Sin saludar ojeó el pasaporte con lentitud y desgano deteniéndose
a observar sellos exóticos.
Preguntó: “Cuanto hace que tomó
la doble nacionalidad?”
subrayando foneticamente la palabra.
Hacía mucho que yo,
agitando una banderita americana, había jurado
lealtad a mi nueva patria.
A la salida del acto
solemne pero alegre festejamos en casa con un asado.
El pasaporte argentino de tapas
de cuero azul generó un poco de humo nostálgico, pero no le cambio el sabor a
las mollejas. Y así, simplemente, se inició una nueva etapa sin temores y con
planes.
Soy muy bueno para
acordarme de fechas nimias. El día de nacimiento y muerte de mi perra. El día
en que me mudé a vivir a USA. El cumpleaños de mi
abuela María Selva. El día en que mi padre se fue con otra mujer.
¿Quién, por dios santo y la
virgen de Caacupé se acuerda que día tomo la doble
nacionalidad?
Solo un retentivo anal sin
bidet.
Aunque la nacionalidad argentina
sea por decreto de algún soñador: “irrenunciable e inalienable” con fondo de
marcha militar y “azul un ala del águila guerrera” el
humito del cuero selló mi pacto sin fecha de expiración con el siempre
vilipendiado y envilecedor oro yanqui.
El me observó y seguramente
pensó “te voy a cagar, maricón” acertando una de dos.
Yo, mal dormido,
malhumorado, medio obnubilado y sin haber podido ir al baño en las últimas 36
horas lo miré con mis ojitos chiquitos como ojal de camiseta y en un albur de
genialidad aun adormecida junto a la pierna derecha conteste: “…en la misma
fecha de emisión que tiene mi pasaporte” y agregué mentalmente “te re-cagué”
mientras susurré “decí alpiste y perdiste…” y me reí mucho. Casi hasta llegar
al hotel.
Ya en descanso rememoré el
incidente y hasta ahora no logro aprehender la relevancia de la pregunta. Solo estoy
seguro de que una mente maula y ladina la ideó en los pasillos de los subsuelos
de la Policía Federal donde todavía se generan pasaportes argentinos y se cela
al que ya nos los quiere.
O tal vez en algún reducto
oficial donde era común oír gritos de espanto.
“Compañeros!!! Los he
reunido es esta ilustre plaza de Mayo para que cualquiera que no se acuerde de
la fecha suprema…
… en que, vituperando la
gloria de su Nación Argentina, haya acogido una segunda nacionalidad…
…sea penado con todo el
rigor de la ley que el General y yo hemos retorcido y envilecido en favor de
ustedes, mis descamisados!!!…”
Y si no sabe decir la fecha
correcta es porque seguramente el pasaporte americano es falso y estamos ante
un terrorista que bombardeará los monumentos nacionales con explosivos
contenidos en el aerosol de Valet de Gillette.
Decir la fecha equivocada
hubiera hecho accionar un timbre secreto que sonaría en un Falcon gris estacionado
cerca del aeropuerto y que vendría a recogerme. Me quitarían los documentos y
me transportarían a un lugar secreto donde lograrían sonsacarme si pensaba
hacer volar la cartera Birkin
de Cristina Kirchner o estaba
detrás de los cortes de luz que paralizaban el Patio Bullrich o peor aún: si planeaba
la contaminación de la naciente producción de quesos de diseñador que se vendían
en los negocios de Recoleta.
Me hizo sentir algo parecido
a aquella noche del 4 de Julio de 1974 cuando a las 3 de la mañana el ejército argentino
me hizo una visita.
Yo siempre recuerdo fechas
sin importancia.
Así fue como esta vez te cagué,
boludo.
PIE DE PAGINA
En la historia del viaje a Buenos
Aires del 2008, hago referencia a la cartera Birkin de Hermes de Cristina
Kirshner, basándome en una fotografía de ella -apenas asumiendo el mando- bajando
de un avión portando dicha cartera que es un ícono de la moda de alto poder
adquisitivo. Como dijo su creador Jean-Louis Dumas: “No es cara, es costosa”
Los precios oscilan entre U$S
20.000 y U$S 400.000 y el cielo es el límite. Sí, seguimos hablando en dólares y hay un año de espera para la entrega. La falsa
escasez crea ansiedad y sobreprecios.
A la fecha se le conocen -documentadas
en fotografías- cinco carteras Birkin, la última de cocodrilo lila. Hagan una
cuenta así a lo grueso nomas.
Sigamos viendo fotos más
actuales: una con un collar de perlas grandes aproximadamente U$S 100.000, un reloj
Rolex Presidente de oro 18k incrustado en diamantes, aproximadamente U$S 40.000,
algún que otro anillo de brillantes, otras fruslerías y colgajos y el redundante
trajecito de Chanel.
Cuando el dinero entra fácil,
se gasta de esa manera. Solo se necesita tener acceso a la maquinita impresora o
ser presidente de un pueblo que adormecido por los cantos de sirena desde el año
1945 sigue al flautista de Hamelin de turno que mientras roba a cuatro manos
los mantiene entontecidos con un pan dulce para Navidad y un bombo.
No he querido publicar fotos
de la señora porque su cara que refleja los fantasmas que la acosan ya asusta,
pero me gustó mucho esta caricatura donde se la ve llenando con dinero una
cartera Birkin adornada con la bandera argentina.
querido Félix, como siempre, espero con muchísimas ganas tu próxima entrega! Siempre me sorprende con la capacidad que describes tus historias, tan ricas de olores,sabores, sensaciones...!! Imaginate si la expresidente Kirchner muestra esas carteras, lo que tendré bien guardado y no muestra!!! Creo que no lo sabremos nunca. Es una gran tristeza ver a mi país hipnotizado, sin discernimiento y enceguecido por el resentimiento!!! Tanto así, que no les importa salir adelante y seguir construyendo sobre lo que hace Macri, sino que destruír todo lo que implica su tarea es su principal objetivo. Mucha impotencia!!!
ResponderBorrarAca esta sucediendo lo mismo con la sistematica destruccion de todo lo bueno que hizo Obama por el pueblo. Un dia volveran las oscuras golondrinas...
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